3. Al final muere él.

Nunca me han dejado.
Hasta que lo ha hecho Marian, quiero decir.
Soy un tío guapo aparte de interesante.
Sé que los feos y aburridos o, en su defecto, los que han sido dejados alguna vez, me odiarán justo después de leer estas líneas pero no es mi problema sino el de ellos, sinceramente.
Además del de ser feos y aburridos y del de haber sido dejados alguna vez, digo.
Yo no tengo ni puta idea de tocar el piano y no por ello odio a los que saben tocarlo.
Como nunca me han dejado no sé qué debo sentir así que le he preguntado a un compañero de trabajo (feo y aburrido) qué sintió cuando su mujer lo dejó. Me ha dicho que estuvo tres meses sin salir de la cama, sintiéndose una mierda cada tres minutos y medio. Que no tenía ganas de comer porque la tristeza la llenaba por completo el alma.
Y el estómago, deduzco yo.
Al llegar a casa me he bajado la película esa de Titanic por Internet porque recuerdo que Marian lloraba  a moco tendido cada vez que la echaban por la tele, con lo cual he imaginado que no era una película para descojonarte de la risa y que, en consecuencia, me pondría triste y me metería en la cama sin querer cenar porque la pena me habría invadido por completo el alma.
Y el estómago.
La película dura tres jodidas horas así que me he ido saltando partes para terminar antes.
Me imagino que me habré saltado partes mega importantes porque cuando el Dicaprio ese se muere de frío en el agua por cederle la balsa de marras a ella (que por cierto parece que tenga quince años más que él) en lugar de llorar he pensado: "Menudo payaso...".  De hecho casi me he alegrado de que no sobreviviera. Por gilipollas.
Luego me he hecho un bocata de bacon con mucho queso.


4 comentarios:

  1. ...y te has perdido la escena de cuando se la chupa en el camarote??...

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  2. Jajajaja perdona pero me he descojonado con tu post. Muy bueno, muy muy bueno.

    Y por cierto, yo con Titanic tampoco lloro.

    Saludos.

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  3. ¡¡¡¡Menos mal!!! Pensaba que era la única persona sin alma en el mundo que no había llorado con Titanic. Aún te diré otra cosa: es una pensa que sobreviviera la petarda esa, con lo bien que habría quedado la película si hubiera venido una ola y le hubiera volcado la balsa...

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  4. No es cuestión de que todos tras una ruptura se mueran de inanición metidos en la cama sin ducharse durante 3 días (vamos, digo yo, aunque igual mi opinión te la suda jaja). Yo tampoco lloré con titanic, y como curiosidad: si la chica se quita el chaleco, lo pone bajo la puerta en la que esta subida, los dos hubiesen podido estar sobre ella sin que se hundiera. Pero parece que a ellos la necesidad no les agudizó el ingenio.

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